Se cree que es el retiro espiritual del Dios ‘Kataragama’, un poder divino, que se cree que está dotado de poderes que cambian la vida, Maha Siyambalawa Devalaya de Kebilitta se encuentra en medio de una gran jungla en el sector cuatro de Yala National Wild Life. Park. Sin embargo, su difícil ubicación o el peligroso viaje al devalaya no han desanimado a los devotos que se reúnen en cien en busca de bendiciones y favores. El viaje en sí mismo es una prueba de uno mismo y de las creencias, y los preparativos se hacen semanas antes de la peregrinación. La abstinencia es imprescindible. Uno tiene que ser completamente vegetariano durante al menos siete días antes del viaje.
Además, uno necesita controlar su temperamento, abstenerse de usar palabras ásperas, llevar una vida de sencillez y no hablar del viaje pendiente. El viaje al santuario pasa por los terrenos accidentados de Yala y cruza Kumbukkan Oya, donde en el cruce se encuentra un pequeño santuario dedicado a la Diosa Pattini. Tradicionalmente se enciende una lámpara cada vez que un peregrino cruza el río pidiendo seguridad y protección. Se preparan ofrendas de arroz, frutas, bebidas y flores a orillas del río antes de proceder al santuario iluminando el camino con lámparas de aceite desde el árbol Bodhi hasta el santuario. El árbol de tamarindo en el santuario es pequeño y parece solo un planta. Sin embargo, según las leyendas, el árbol había permanecido en el lugar durante muchos años, pero seguía teniendo el mismo tamaño. El enorme árbol de tamarindo en el santuario, el hogar original del Dios Kataragama. Sin embargo, a lo largo de los años, el encendido de las lámparas de aceite había hecho mella en el árbol y lo que queda hoy es un árbol joven, que dejó de crecer después de unos años. Después de que se destruyó el primer árbol, se dice que Dios Kataragama había elegido un segundo árbol de tamarindo, que se encuentra solo en un pequeño espacio libre a cierta distancia del santuario principal. En la parte posterior del árbol, la superficie de la corteza se formó representando un boceto del Dios Kataragama, una deidad con seis caras y 12 brazos, faltan sus armas y galas, una deidad en la postura de profunda meditación.